Has decidido cambiar el viejo disco duro HDD de tu ordenador por un novedoso SDD para un mejor desempeño de la máquina. Puedes llegar a ver ese antiguo HDD como un vejestorio inservible sin futuro alguno, destinado a pasar años empolvándose en tu armario, pero este no es el caso, ya que ese disco mecánico todavía puede tener mucho uso como un disco duro externo.
Tomar un disco duro interno y modificarlo para que funcione como uno externo servirá para ahorrar una buena cantidad de dinero, ya que, al comprar una unidad de memoria externa, el 80% de la inversión se destina al disco duro en sí, por ende, lo mejor es destinar lo correspondiente a ese 20% para la caja que albergará la memoria que ya tienes en tu posesión.
Verifica el estado del disco que deseas modificar
Adaptar un disco duro que no posee un buen estado de salud será una pérdida de tiempo, además de que puede perjudicar a la memoria que tengas en tu ordenador, con riesgo de perderla completamente. Por esto, lo primero que hay que hacer antes de modificar un disco duro es verificar el estado de salud del mismo, el cual puede llegar a ser: bueno, en riesgo o malo, si su estado de salud es señalado como “malo” esto significa que la unidad puede fallar en cualquier momento.
La forma del disco
La forma de tu disco duro externo es crucial para determinar la caja que vas a utilizar, si trata de un disco de 3,5 pulgadas, de los cuales la mayoría de los ordenadores de mesa poseen. En caso de ser un disco 2,5 pulgadas, comunes en los portátiles, estos son mucho más pequeños.
Además de verificar su tamaño, también es imprescindible determinar el tipo de alimentación de energía que disco posea, por ejemplo, los discos 3,5” necesitan una alimentación de poder extra, ya que el punto de energía USB no es suficiente para su demanda, factor que no implica en los de 2,5”.
¿Interfaz de transferencia? ¿Qué es eso?
La interfaz de transferencia, es prácticamente la velocidad con la que un disco transfiere datos. Los discos duros más antiguos tienen conectores IDE, los cuales puede identificar por sus numerosos pines, estos tienen una velocidad de transferencia muy lenta, pero, si deseas utilizar una memoria externa para realizar copias de seguridad, esta sería tu opción ideal.
Los discos duros más actuales utilizan interfaces de transferencia tipo SATA, la cual puede transferir a una velocidad de 150 MB/s, SATA 2 de 300MB/s y SATA 3 para un traspaso de información de hasta 600MB/s.
La caja del disco duro
La caja donde insertarás el disco duro, debe contar con distintas especificaciones, la primera es el tipo de función que cumplirá el dispositivo, si será un disco NAS, un centro multimedia o de red, cada función tiene su tipo de caja específica con el hardware, que complementándose con el disco duro, podrá cumplir su función dada.
Que la caja cuente con puertos externos USB 3.0 sería lo más propicio, ya que le otorgaría una conectividad máxima conectividad, los USB tipo C les dará acceso a la alta velocidad de las SSD que pueden agregarse, además de otros conectores como los Firewire o eSATA.
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Monta tu disco duro externo en la caja
Aunque existen distintos tipos de caja para discos duros externos, principalmente se pueden conseguir dos categorías: las que requieren herramientas y las que no. Las cajas que requieren herramientas, normalmente solo necesitan un destornillador (el cual en muchos casos viene incluido en su caja) para acceder a su interior, ahí acomodarás tu disco duros y asegurarás tapando la caja para luego atornillarla de vuelta.
Las cajas que no requieren herramientas, tienen un sistema sencillo de botones y pestañas que se abren fácilmente, donde el disco duro se inserta como una especie de tarjeta. En caso de tener un disco de 3,5 pulgadas, debes conectar la caja a un toma corriente para que el disco se alimente de energía lo suficiente.
Conecta tu disco duro vía Dock o USB a tu ordenador y disfruta
Una vez que tengas tu caja del disco duro externo lista, conéctala a tu ordenador con un Dock de conexión de manera rápida y sencilla, estos conectores permiten comunicar disco de 3,5” y 2,5” en el mismo ordenador de manera simultánea, algo que también puedes lograr con un conector USB.
Modificar aquel disco duro interno que deseaste actualizar, y convertirlo en uno externo es una decisión bastante inteligente, ya que estarás ahorrando mucho dinero, además de mejorar descomunalmente el rendimiento de tu computadora con mayor memoria. Solo con cubrir los requisitos que hemos explicado previamente, los cuales son sencillos de atender, sin tener que recurrir así a un ingeniero en computación que nos salve la vida, podremos disfrutar de la mejor experiencia en nuestro ordenador.
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